Biografía Humana a la luz de la antroposofía.

En sesiones de una hora y media caminamos junto al paciente mirando su biografía para descubrir en ella los nudos y las huellas de lo que hoy son dolores, confusiones, enredos o enfermedades. Esos momentos que quedaron marcados de un modo que entorpecen el fluir de la vida, pueden ser mirados con una perspectiva nueva, con la distancia que permite re-significarlos y darles una dimensión nueva que nos permita reparar y sanar. Cuando esto se hace posible nuestra conciencia se amplia, podemos ver una verdad más amplia, que incluye otras posibilidades que antes no estaban registradas, y nuestras viejas creencias pueden moverse y mostrar la otra cara. Adquirimos así, nuevas capacidades para releer nuestra historia, nuestras percepciones cambian y las situaciones de nuestra vida empiezan a tener otros significados. Nos podemos ver más completos, con más recursos, más capaces de ser los protagonistas de nuestras vidas.

Caminamos junto al paciente en busca de lo que le está faltando. No es menor juntar coraje para ir en busca de los vacíos que nos embargan, de las heridas y los impactos por donde se nos va la vida. Reconocer las piezas que no están nos permite sentir que podemos abrirnos a ir en su busca.
A veces no tenemos la posibilidad de que alguien nos revele la información que nos falta, entonces tenemos que recurrir a la huella. Podemos ver en la huella el molde que da testimonio de lo que ocurrió y de lo que se omitió. En este recorrido de la biografía aprendemos a leer en los contornos de la huella la imagen de lo que falta. Al comprenderlo, lo reconocemos y lo recuperamos en nuestro interior de modo que nos podemos reconocer completos.

Caminamos junto al paciente en busca de lo que mora al otro lado de la simple evidencia física, del día a día, de la realidad cotidiana, de lo que nos arrastra en una inercia que toma el control de una vida que tiene poco de vida. Recuperar lo que no vemos con nuestros ojos de la tierra, es recuperar las preguntas. Aprendemos que es más importante hacer preguntas que tener respuestas. Aprendemos que hacer la pregunta me devuelve la capacidad de esperar y generar espacio para recibir lo que no conozco, lo que se esconde en el misterio de la existencia. Y cuando el tiempo de espera ha transcurrido y hemos madurado juntos, la respuesta se devela frente a la posibilidad de ser bien recibida y bien sostenida.

Y entonces, ...el que puede sostener las respuestas que la vida tiene para él, se manifiesta capaz para hacer su Camino, en paz.
La sesión dura una hora y media.
Se hace una sesión al mes.
Se acompaña de pintura acuarela en papel mojado.
Estas sesiones están dirigidas:
A personas que están en un camino de autoeducación, autodesarrollo y conocimiento de sí mismo.
A personas con enfermedades agudas o crónicas que necesitan revisar en su biografía los acontecimientos que están detrás de estas dolencias como espejos que reflejan la imagen de lo que tiene que ser revisado, reconocido y rectificado, en los diferentes planos de la conciencia.
A médicos, terapeutas y profesionales de la salud, que atienden pacientes con dolencias mientras tienen que sostener los procesos de sus propias vidas, y sus propias dolencias.